Llevo todo el día pensando en él. Por mucho que lo intento no consigo quitármelo de la cabeza. Intento concentrarme en otras cosas pero en cuanto me despisto y dejo libres mis pensamientos siempre termino pensando en él. Y cada vez los pensamientos son mas subidos de tono, mas obscenos, son casi pornográficos. Son tan calientes, y tan reales en mi imaginación, que llego a casa sudorosa y empapada, con las mejillas sonrojadas y el corazón a punto de salírseme del pecho.
Intentando calmarme me quito la ropa. Dejo la blusa y los pantalones tirados sobre la cama y no me sorprendo al ver mi ropa interior mojada. Necesito urgentemente una ducha y calmarme.
El agua tibia me relaja y me hace evadirme unos segundos de mis sucios pensamientos. Consigo centrarme en relajar mi respiración, en controlar mis calenturientas ideas. No debería pensar tanto en él, no esta bien. Ya soy mayor para controlar mis impulsos… pero es que es tan guapo. Esos ojos suyos tan azules, esa mirada traviesa cada vez que me sonríe, ese cuerpo tan apetecible que dan ganas de morderlo, ese culo tan bien puesto que cuando me encuentro con él me cuesta trabajo no mirar y ese bulto que se le marca entre las piernas cuando se pone las mallas para ir a hacer deporte que me desvela en sueños.
¡No! Otra vez pensando en él, otra vez imaginándomelo desnudo, otra vez mojada. La ducha no me ha servido de nada.
Salgo del cuarto de baño y me vuelvo a mi habitación. En casa solo se escucha el silencio. No hay nadie y nadie va a venir hasta la noche, hasta la hora de la cena. Estoy sola. Tengo que calmarme.
Me tumbo sobre la cama. Apoyo la cabeza sobre la almohada y cierro los ojos. Mis pensamientos vuelven a imaginarlo. Allí en la cama a mi lado, susurrándome cosas bonitas al oído, dándome besos cada vez mas intensos, acariciándome. Y dejo que mi mano acompañe a mis pensamientos.
Primero en mi cuello, apartando mi pelo; después bajando por mi costado hasta mi estomago donde ya revolotean las mariposas del deseo; luego suben hacia mis pechos y los acarician delicadamente hasta que se endurecen y me arrancan los primeros suspiros; por último mi mano, su mano en mi mente, baja entre mis piernas donde se encuentra mi sexo latiendo y húmedo y empieza a acariciarlo con suavidad hasta que mis piernas no resisten y se abren por completo, entonces me acaricia con mas fuerza y me arranca jadeos mientras mi espalda se tensa. Gimo de placer.
— ¿Qué estás haciendo, prima? —Una voz masculina me sorprende desde la puerta. Sobresaltada me siento en mi cama e intento taparme con la ropa que estaba tirada sobre ella.
— ¿Qué haces tu mirándome desde la puerta? ¡Fuera de aquí!
— Vale, me ire, y cuando vengan tus padres les contare que estabas haciendo a ver si ellos saben explicármelo… ¿quieres?
— ¡No! Párate. No hagas eso primo.
— Entonces, ¿no quieres que me vaya?
— Quiero que te vayas pero que te estés callado.
— Cuéntame que estabas haciendo y me lo pienso....
— Pues nada, me estaba tocando un poco, pero cállate, por favor.
— ¿ Y en quién pensabas?
— En nadie, en nadie.
— El tio y la tía no lo van a creer...si me mientes prima se lo cuento.
— ¡Que te estés callado!, por favor. ¿qué quieres a cambio de tu silencio?
— ¿Pensabas en tu novio? ¿pensabas en follártelo?
— ¡No tengo novio!
— ¿Y qué estabas pensando para empezar a tocarte? ¿No tener novio te hacia pensar en pollas? No me mientas primita que llevaba un rato mirándote y se te veía muy caliente.
— Pues si pensaba en pollas, hombre. Déjame en paz ya.
— ¿Y qué imaginabas? ¿ Imaginabas que las chupabas?
— Y que me la metían... — Susurro por lo bajo aunque no lo suficiente.
— ¿Cómo eres tan sucia, prima? ¡Veras como se enteren el tio y la tía.
— No les digas nada, por favor. Me moriría de vergüenza. Se queda un rato callado y por un segundo pienso que se va a marchar y dejarme tranquila. Me equivoco.
— ¿Sabes que yo también tengo una polla, prima? Y que se me ha puesto dura mirando como te tocabas.... puedes probar como sabe una polla...igual te ayuda a terminar lo que interrumpí.
— ¡Déjame! ¡Estas loco!
— Si tan caliente te ponía pensar en pollas...
— Vete y no les digas nada a mi papa y mama.
— Si me chupas la polla un poco como imaginabas hacer no les digo nada de que te estabas tocando...
— ¡No me puedes obligar!
— No te obligo, puedes elegir, o me la chupas o el tio y la tía se enteran en la cena de que su hija se estaba tocando pensando en pollas.
— No por favor...no me hagas esto. Además no puedes probar nada. No te creerán nunca.
— Salvo si les enseño las fotos que te he sacado con el móvil.
— ¡No habrás sido capaz! ¡Borra esas fotos ahora mismo! ¡Serás cerdo!
— Mira lo dura que me la has puesto prima. —Me dice bajándose los pantalones—. Solo tienes que chuparla…¿No era eso lo que te ponía caliente?
— Si. Pero no con mi primo…
— Es una polla, y solo para ti. Me has dicho que no pensabas en ninguna en concreto, cierra los ojos y chúpamela...como imaginabas cuando te tocabas. Si lo haces borro las fotos que te he sacado masturbándote.
Me acerco al borde de la cama hasta donde mi primo se ha acercado, cierro los ojos y respiro profundo antes de chupársela lentamente. Solo la punta de su capullo enrojecido.
— Yo no quiero esto...déjame irme, por favor. —Digo después de haber estado chupando con mis labios un rato su erecto miembro.
— Si prima así...no pares...veras que rica sabe.
— Solo un poco, no quiero mas, ¡Déjame!
— ¡No pares ahora o se lo cuento! Ahora no pares.
— Que dura la tienes. Estas enfermo poniéndote cachondo con tu prima.
— La chupas muy bien....me la pones dura...lo haces muy bien prima; ¿es la primera polla que chupas? ¿segura?
— Si, es mi primera vez. —Respondo halagada por su comentario.
— Pues la chupas como una putita profesional mmm. Métetela mas adentro.…¡trágatela!
— No, no quiero.
— Si que quieres, puta.
— No me llames así. Déjame, por favor.
— Si que quieres. ¡¡Trágatela!! o sabrán lo putita que eres prima.
Me la meto entera en la boca mirándole a los ojos. Él tiene los ojos cerrados y echa la cabeza hacia atrás.
— Siiiiiii, siiii así prima asiiiiiiiiiii que ricooooooo. — Le sigo chupando la polla muy despacio porque no quiero hacerlo. Lo hago sin muchas ganas pero él parece disfrutarlo igual.
— Que bien lo haces prima.
— ¿Puedo parar ya?
— Ahora déjame que marque yo el ritmo. —Me agarra del pelo y empieza a empujar su polla dentro de mi boca. Aprieto mis labios para no tener que tragármela entera. La tiene tan dura y está tan caliente que me hace arder los labios.
— Asi...mmmmm así… — No deja de gemir. Siente tanto placer que deja de tirarme del pelo y puedo sacármela de la boca.
— Que cerdo eres primo. Déjame ir ya.
Entonces me agarra del pelo fuerte y me hace mirar a las sábanas de mi cama.
— Mira prima. ¿Ves eso? Has manchado las sábanas de flujos. ¿Lo ves?
— Si.. —Respondo roja de la vergüenza. Es verdad que estoy excitada.
— ¡No me vuelvas a decir que no te gusta! Te estas poniendo cachonda chupándome la polla...
— Solo un poco. —Reconozco con pudor—. Pero no digas nada, primo.
— ¡No me mientas puta! Te pone mucho, y quieres mas.—Cada vez que me insulta noto como me mojo aún más, y ya he sido descubierta.
— Vale si, quiero mas. Llevo todo el día excitada y necesito desahogarme además… me tocaba pensando en ti. —Confieso. El chico que no podía quitarme de la cabeza en todo el día era mi primo.
— Ah si prima. ¿Pensabas en mi polla?
— Si..
— ¿Estabas a punto de correrte pensando en la polla de tu primo?
— Si…
— Que cerda eres primita...
— ¡Pero no digas nada!
— ¿Sábes que yo también me pajeo pensando en ti prima?
— ¡Estás enfermo! Esto no está bien.
— ¡ Y tú!
— Déjame ir ya...de verdad primo.
— Nooo, ¡¡¡quiero correrme en la boca de mi primita....y que después ella se corra en la mia!!!
— ¿Estas seguro? —Me meto su polla en la boca.
— mmmmmmmmm siiiiiiiiiiiiiii no pares cerdaaaaa tragatelaaaaaa.
Me la meto entera, hasta los huevos y chupo con todas mis ganas. Ya estoy harta de controlar mis deseos.
— ¿Estas cachonda? Dime que siiiii
— Sii
— ¡Quiero comerte yo a ti también! Quiero saber como sabe la putita de mi prima
Decidida me tumbo sobre él y sigo chupando su polla....y noto como su lengua empieza a recorrerme el coño desde el clítoris a la entrada...
— mmm me esta gustando mucho. —Digo entre gemidos con la boca llena.
— Se te nota prima...salen muchos flujos…¡¡los quiero todos!!
— Sigue chupando por ahí primo siiiiigue. —Agarra mi clítoris con sus labios y lo chupa metiéndoselo en la boca—, Como cuando me tocaba pensando en ti primito, siempre me lo imagine así
— No pares ahora putaaa que voy a corrermeeeeeeeeeeeeeeeeeee
— ¡Correte!
Me tiene tan a cien que deseo que se corra en mi boca. Noto mis labios resecos y estoy deseando que los moje con su semen. Le chupo los huevos enteros y le pajeo muy rápido
porque quiero, deseo, que se corra.
— Dime que tu también te corresss, dámelo todo prima que ya vieneeee.
Me siento muy cerda chupándole la polla a mi primo. Y sentir su verga bien dura y ardiente entre mis labios, con sus venas marcadas, mientras noto su lengua recorriendo mi sexo me hace sentir muy ardiente, muy puta.
— Vamos primo correte. Me tienes a mil. Tengo sed.
Su polla se tensa. Noto como por un segundo deja de mover su lengua entre mis piernas. Me preparo para recibir su orgasmo. Aprieto mis labios contra su capullo hinchado y doy las últimas mamadas a su polla antes de que estallé.
Un chorro de semen caliente invade mi boca y es tal el placer que siento al saborear el fruto prohibido de mi primo que mi sexo se contrae y alcanzo un orgasmo que inunda su cara.
Entre espasmos de placer su lengua recupera la movilidad entre mis piernas recogiendo los restos de mi orgasmo mientras yo termino de tragar todo el semen que ha expulsado en mi boca y lamo las gotas que han quedado en su capullo.
Después, al recordar que acabo de correrme en la boca de mi primo y que aún tengo su sabor en la mia, vuelven la vergüenza y el pudor.
— ¿Qué hemos hecho primo?
— Tener sexo. Y muy rico.
— Si, pero somos primos. Esto no esta bien.
— Puede. Pero no me puedes negar que ha sido muy rico. Has tenido un orgasmo bestial primita.
— Si. Eso es verdad. La verdad es que fantaseaba muchas veces contigo primo.
— Si supieras la de noches que he manchado mis sábanas masturbándome por ti primita.
— ¿En serio?
— Y nunca pensé que fuera a ser tan rico sentir tu sabor. Se hace tarde y tus padres están al llegar.
— ¿No les contarás nada, verdad?
— No si tú me prometes que esto solo acaba de empezar. Quiero sentir como es cogerse a mi prima.
— Prometido. —Le digo sonrojada de vergüenza pero deseando con todas mis fuerzas que llegue esa próxima vez.

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